Mi habitación en Tokio…
MyCube by Mystays (Tokio) – Octubre 2018
Mi habitación en Tokio…
MyCube by Mystays (Tokio) – Octubre 2018
Supongo que padezco algún tipo de enfermedad numérico-compulsiva…
El número capicúa que titula este post sería algo así como…:
«Podía haber publicado este post nada más empezar el día, por ejemplo a las 0 horas y 10 minutos del 269º día del año en curso, pero ve la luz ahora y, en el momento que publico esto, faltan 4 horas y 96 días para el final del año 2010».
Receta: Tómense ahora las cifras de la frase anterior y póngase todojunto para sacar ese capicúa.
Aliño extra: Si prefieres algo más sencillo, puesto se parado (escrito sin ánimo de ofender y sin intención alguna por mi parte de mandar a nadie a la cola del INEM), puedes quedarte con la idea de que hoy, día 26 del 9º mes del año, es el 269º día del año.
Dedico este post a mis familia… [Perdón]. Quería decir que se lo dedico a todos aquellos amantes de los números, las curiosidades, la vida, las sorpresas… y en especial a todos aquellos que, como yo, ven el 40 por doquier. Bueno, a los que los ven y a los que tienen el detalle de dedicar unos segundos, no llegan a cuarenta, de su tiempo (de este ducentésimo sexagésimo noveno día del año) a obtener el resultado de sumar una a una las cifras que forman el número mágico capicúa: 0+1+0+2+6+… Exacto. No tengo remedio.
Intentaré rehabilitarme la semana entrante y recuperar, tras el modo estudio, mi especie de ritmo publicatorio.
No es lo mismo pero como si lo «seriese». Bendita nevera…
… para que vean ustedes que nos alimentamos bien.
Pensándolo bien… Tal veraniega necesidad, -y no me refiero a mi necesidad de fotografiar todo desde diversos puntos de vista sino a la de mantener los alimentos refrigerados en calurosas noches-, encaja mejor con un refrito de verano mix.
El pasado mes de noviembre estuve en un lugar llamado el hito de las tres fronteras, en Puerto Iguazú (Argentina). En la confluencia de los ríos Iguazú y Paraná, confluyen también tres países.
Hoy tengo claro que esta foto que tomé era un mensaje. Se trata de las tres fronteras que le quedan a la selección española de fútbol para proclamarse campeona del mundo de fútbol en Sudáfrica.
Estaba escrito…
De derecha a izquierda: cuartos de final, semifinales y final.
Mueve con suavidad la barra de desplazamiento abajo y arriba -no hay que ser brusco para obtener resultados-. Recomendación para apreciarlo mejor: Pincha en la imagen para abrirla a tamaño completo. Entonces, repite el deslizamiento de la barra hacia abajo, y luego arriba.
Entradas del blog relacionadas:
– Óptica Ilusión (8): Los rombos iguales que cambian de color… y otras tonalidades
– Óptica Ilusión (7): No lo ves como es
– Óptica Ilusión (6): Gira-miento
– Óptica Ilusión (5): Círculos concéntrico-espirales
– Óptica Ilusión (4): Espiral Color
– Óptica Ilusión (3): Mesas
– Óptica Ilusión (2): Nuestra mente y la caja imposible
– Óptica Ilusión: «Ames Room»
De esas cosas que se cuentan como curiosidad al volver del viaje… En China hay gente que no pone pañales al nene. Van con el culillo al aire. Sí, en invierno y con el frío.
Ahí va una muestra fotográfica que tomé en Beijing del tipo de mono abierto que llevan puesto.
Tengo una toma más cercana.
Puede que sea para comodidad de los padres. Para ahorrar tiempo. O quizás para que aprendan más rápido este tipo de cosas del cagar.
Por cierto, tampoco esta de más señalar que en China es más frecuente que en España encontrarse que quien está cuidando de los niños pequeños es, como en el caso de esta foto, el padre.
– Entradas del blog anteriores de fotos curiosas aquí.
Vinilo tuneado, sin fotochop, de uno de los españoles más internacionales… Jeje.
Se cruzó en mi camino en el escaparate de una tiendecilla en Victoria (Canada), a escasos cincuenta metros de donde hice la foto de la camioneta de PSI.
¿Dirías que todos los rombos del video son iguales?
Son exactamente iguales. El rombo separado lo demuestra.
Lo que sucede es que el color no es uniforme en todo el rombo. Tiene un degradado, de más claro arriba a más oscuro en la parte inferior. Al ser así, nuestra mente establece comparaciones entre las partes contiguas y esto nos lleva a verlos diferentes.
La siguiente es una prueba aún más simple. Todos percibimos cuatro tonalidades distintas de azul.
Nada más lejos de la realidad. Los rectángulos son iguales y su coloración también está degradada.
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